domingo, 1 de enero de 2012

ANGELITOS

 
    -Bueno para nada!!! –le había gritado su padre antes de morir
A Román, desde niño le fascinaron los angelitos en yeso, tanto, que en el correr de su vida fue tapando las paredes de las habitaciones de su casa con ellos: negros, blancos con rulitos, grotescos, lívidos y con cara de yo no fui, con alitas, con trompetas, de todos los lugares y procedencias. Ellos le sobrevivirán y tal vez terminen en una venta de garage o en alguna feria vecinal a $ 100 el lote.

 Mónica Marchesky

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