¿Sabe?, he renegado de mi pasado. Ya no canto más que a la esperanza; pero, para ello, es preciso primero atacar contra la duda de este siglo (melancolías, tristezas, dolores, desesperos, lúgubres relinchos, maldades artificiales, orgullos pueriles, cómicas maldiciones, etc., etc.)
Carta de Isidoro Ducasse Conde de Lautréamont al editor Lacroix
viernes, 9 de diciembre de 2011
ENTONCES SE DIO LA LUZ.
Mis manos de lodo y mis ojos gritaron al unísono y dando grandes zancadas, mudé mi piel.
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