André Breton (Tinchebray, 19
de febrero de 1896 - París, 28 de septiembre de 1966) fue un escritor, poeta,
ensayista y teórico del surrealismo, reconocido como el fundador y principal
exponente de este movimiento artístico.
Georges
Ribemont-Dessaignes (1884-1974), escritor, poeta, dramaturgo y pintor francés,
es alrededor de 1915, junto a Marcel Duchamp y Francis Picabia, uno de los
precursores en París del espíritu que en 1916 en Zúrich Tristan Tzara llama «
Dada ». A partir de 1920, participa en todas las actividades del movimiento
Dadaísta y se dirá de él que había escrito « el único teatro dada, la única
música dada », anticipando en esos dos ámbitos sobre los desarrollos ulteriores
de los temas del absurdo y del recurso a lo aleatorio. Se une al surrealismo
pero rompe con André Breton en 1929
Francis-Marie Martínez
Picabia (París, 22 de enero, 1879 - 30 de noviembre, 1953) fue un pintor
francés. 1917, Picabia viajó a París, donde entró de lleno en el círculo
dadaísta conducido por Tristan Tzara, participando en manifestaciones y otros
escándalos.
Auguste-Maurice Barrès
(Charmes-sur-Moselle, 19 de agosto de 1862 – Neuilly-sur-Seine, 4 de diciembre
de 1923) fue un escritor, político y publicista francés.
Louis Aragon (n. Louis
Andrieux, París, 3 de octubre de 1897 - París, 24 de diciembre de 1982) fue un
poeta y novelista francés. Después de participar en el dadaísmo, fue uno de los
fundadores del surrealismo (Le Paysan de Paris) junto a André Breton y Philippe
Soupault.
Philippe Soupault
(Chaville, Francia; 2 de agosto de 1897 - París; 12 de marzo de 1990) fue un
escritor y político francés, uno de los impulsores del dadaísmo en Francia e
iniciador del surrealismo. Tras el surgimiento del movimiento dadaísta iniciado
por Tristan Tzara en 1916, participa activamente, junto a André Breton y Louis
Aragon, en la difusión del mismo.
En
1920, con Breton fundan el surrealismo, aunque es expulsado del grupo seis años
después por mostrarse contrario a su organización.
Benjamin Péret (Rezé, Loira
Atlántico, 4 de julio de 1899 - París, 18 de septiembre de 1959). Fue uno de
los poetas surrealistas franceses más importantes e influyentes.
Eugène-Émile-Paul Grindel
(Saint-Denis, 14 de diciembre de 1895 - 18 de noviembre de 1952), conocido como
Paul Éluard, fue un poeta francés que cultivó de manera significativa el
dadaísmo y el surrealismo. En 1924 se separa de Gala, (Elena Ivanovna Diakonova)
la que pasará a ser la musa inspiradora de Salvador Dalí.
En un acto Dadá del 5 de febrero de 1920 en el Salón de los
Independientes de París:
38 conferencistas leen los
manifiestos. Picabia fue leído por 10 personas a la vez, y el de Ribemont Dessaignes por 9. Extraemos de uno de ellos lo
siguiente, que es todo un programa:
“Nada de pintores, nada de
literatos, nada de músicos, nada de escultores, nada de religiones, nada de
republicanos, nada de realistas, nada de bolcheviques, nada de políticos, nada
de aristócratas, nada de ejércitos, nada de policía, nada de patria, en fin
basta de todas estas imbecilidades, no más nada, no más nada, NADA, NADA”.
El acto termina cuando la
multitud es ametrallada en la sala a oscuras; en medio de un descomunal
desorden ametrallan a los actuantes con monedas de cobre; en posteriores
ocasiones –acto en la Salle Gaveau- las monedas se sustituirán por huevos…En ocasión
de una exposición de “encolados” de Ernst, en un sótano, a luz apagada, se oían
gemidos a través de una trampa; alguien escondido atrás de un armario injuriaba
a los presentes mientras los dadaístas, sin corbata y con guantes blancos, iban
y venían…André Bretón masticaba fósforos. Ribemont gritaba: “Llueve sobre una
calavera”, Aragon maullaba, Soupault jugaba a escondidas con Tzara, mientras
Péret y Chouchounne se daban la mano continuamente.
Pero esta primera alianza
entre Zurich y París comienza a resquebrajarse en el año siguiente. En mayo del
21, plantean un proceso a Maurice Barrès acusándolo de “Crimen contra la
seguridad del espíritu”. De este acto extraemos el siguiente trozo de diálogo.
EL TESTIGO (Tristán Tzara):
El señor Presidente convendrá conmigo en que no somos más que una cáfila de sinvergüenzas
y por lo tanto las mínimas diferencias entre un gran sinvergüenza y uno chico
carecen de importancia.
EL PRESIDENTE (André
Bretón): ¿Qué es lo que pretende el testigo, pasar por un perfecto imbécil o
que lo internen?
Estas rápidas fintas entre
el fundador del Dadá y el del Surrealismo inauguran el combate que librarán
estos dos hombres, representantes de dos estados de espíritu distintos, dos
sistemas que serán opuestos a pesar de que uno requirió la existencia del otro
para nacer; pero también necesitó abandonarlo para vivir. Ese fue el proceso
a Barrès, pero también ahí se bosquejó
el proceso a Dadá.
Al año siguiente, Bretón
organiza un “Congreso Internacional para establecer las directivas y la defensa
del espíritu moderno”. Entre otros, invita a Tzara, pero éste se excusa
cortésmente: “Dadá no es moderno”; porque Dadá niega tanto el arte tradicional
como el arte moderno. Pero la abstención de Tzara hizo fracasar la tentativa de
Bretón y sobrevino la ruptura definitiva. Incluso se terminó a los golpes. En 1923,
en una representación de “Coeur à gaz” de Tzara, a la que asistieron en
discordia Massot y Elaurd, Massot salió con un brazo roto y hubo una demanda
contra Eluard por daños y perjuicios.
Bretón concluye que
separarse del Dadá es un alivio. Conviene que el Dadaísmo no ha sido para
algunos más que una manera de apoltronarse. En su alocución de despedida dice: “Suelten
todo, suelten a Dadá…” y termina afirmando: “…partan por los caminos”. No estará
solo. Junto a él, antiguos amigos y recién llegados.
Referencias: Surrealismo-impresionismo
Arq. Florio Parpagnoli